A pensar en la pretemporada

Se terminó el primer campeonato de Huevo en la máxima categoría. ¿Qué se podrá decir al respecto? La verdad que fue más que productivo. El objetivo fue el campeonato, pero al transcurrir las fechas esa meta se fue alejando y siempre se trata de trazar nuevos caminos. En nuestro caso, debíamos ganar y esperar que Macandme perdiera para salir segundos y clasificar para la Copa de Campeones. Enfrente teníamos a Don Napoleón, el cual ya estaba condenado a la promoción y cualquier resultado que obtuviera no le permitiría cambiar su posición. Sin embargo, ellos salían a ganar y a obtener los dos puntos.

Las acciones comenzaban con un Huevo protagonista queriendo marcar la apertura. Por ahora ninguno era lo suficientemente profundo como para vulnerar los arcos. Los blancos buscaban lastimar con tiros de afuera, pero el resultado seguía indicando un cero absoluto. Iban pasando los minutos y todo seguía tranquilo. Pocas chances claras de gol, poco juego. Hasta el momento, ni el nerviosismo ni la ansiedad invadían el campo de juego. Promediada la etapa, el goleador del torneo rompería el molde con un remate que pasaba entre las piernas de su marcador y se convertía en el primer gol. Esa conquista como que nos relajó un poco y le cedimos espacios a nuestro rival, el cual yendo para adelante, trató de lastimar y de conseguir el empate. Y lo lograría gracias a un potente disparo que se coló entre las manos del Pato y el empate se dibujaba en el marcador. Nosotros buscábamos responder y ponernos nuevamente arriba, pero no tendríamo mucho tiempo y la primera etapa decía basta.

El complemento fue otra cosa porque Huevo salió claramente a ganarlo y lo buscó, pero no estábamos en un buen día y sumados a la buena tarea defensiva y del arquero todo se hacía más complicado. Sobre todo cuando un rebote favoreció al delantero napoleónico que se enfrentó cara a cara con el pato y marcó la ventaja para su equipo. Desde allí se vio otro encuentro. Desesperados fuimos a buscar el empate y no lo conseguíamos. Decidimos poner a Gonza en el arco como para darle un poco más de salida al equipo, pero mientras más tratábamos de entrar más se cerraba nuestro rival, que cuando no podía paranos, aparecía la figura del arquero para ahogar el grito. La impotencia nos hizo reclamar airosamente algunos fallos arbitrales y eso nos desconectaba mucho más del partido. La falta de definición de las numerosas oportunidades que teníamos decididamente sentenciaban nuestra suerte y a eso se le sumó que, sobre el final, nos convirtieran el tercero. Ese gol más que nada sirve para la estadíatica, pero terminó de derrumbar nuestra esperanzas. Apesar de todo, seguimos luchando y hicimos que el arquero saliera figura, pero igualmente el pitido final sentenció lo que ya se veía venir. No jugamos muy bien pero lo que importa es que pusimos mucho Huevo. En circunstancias eso a veces te salva y a otras veces no y esta vez no nos sirvió para poder dar vuelta el resultado y llevarnos la victoria.

En el final perdimos el control y fuimos a reclamarle al juez por algunas jugadas que no nos parecieron justas. Algunos perdieron la cabeza y tendrán que comerse una sanción por haber insultado al coleagiado. Lo que hay que tener en cuanta y remarcar es que el árbitro no tuvo la culpa de nuestra derrota, pero si se equivocó en algunos fallos. Uno tiene que aprender que debe ir con respeto sin sobrepasarse y así logrará aclarar las cosas que no le parecieron correctas. El árbitro no va a volver atrás por más que nosotros lo insultemos. Pero todavía va a sancionarnos por haberle faltado el respeto y eso puede ser mucho peor. por eso, aunque cueste mucho contenerse (lo digo por experiencia), lo mejor es ir y hablarlo con tranquilidad y después irnos habiéndole mostrado nuestro parecer.

VAMOS HUEVO CARAJO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Resultado: Huevo Tano (1) - Don Napoleón (3).

Goleadores: Trapo.

Figura del partido. Mariano Bertacchini.